Pensar que cuando era chica las pasaba por encima como si de yuyos se trataran. Luego las miraba como plantas demasiado comunes y sosas, sin nada de valor que me atrajera. Pero pienso en que muchas cosas de la vida se aprenden a valorar recién cuando adquirimos conocimiento y nos esforzamos en aprender. Yo no le daba valor a una pared, por ejemplo, hasta que nos tocó construir y luchar para levantarla. Ahora veo un ladrillo y lo miro con respeto. Sé que cuesta comprarlo y aún más conseguir los suficientes como para levantar una pared. Sé que no sólo ladrillos nos llevan a tenerla, sino también revoques, pintura y las infaltables herramientas. Así, de pronto, algo tan común pasó a tener importancia. De la misma manera las crassas comenaron a tener un lugar en mi vida, y a partir de conocerlas y tratar de identificarlas logré descubrir un nuevo mundo, pude valorar su belleza y formar una colección de ellas que va creciendo de a poquito. La mayoría debo agradecérselas a las amigas que me regaló la vida, y de quienes pronto escribiré.
mi álbum de plantas crassas (click en la frase y allá vamos!)
No hay comentarios:
Publicar un comentario